Dando a la Eucaristía el protagonismo que merece, y cuidando de no disminuir ninguna de sus dimensiones o exigencias, mostramos que somos verdaderamente conscientes de la grandeza de este don. Nos impulsa a ello una tradición ininterrumpida, que desde los primeros siglos ha encontrado a la comunidad cristiana siempre vigilante en la custodia de este ‘tesoro’. Inspirada por el amor, la Iglesia desea transmitir a las futuras generaciones de cristianos, sin pérdida, su "tesoro", su fe y su enseñanza respecto al misterio de la Eucaristía. No puede haber peligro de exceso en el cuidado de este misterio, pues en él se recapitula todo el misterio de nuestra salvación" (n. 61).Os invito urgentemente a rezar por el éxito de nuestro Año Diocesano de la Eucaristía en conjunto con todos los católicos "Creados de nuevo por el Cuerpo y la Sangre de Cristo, fuente de nuestra Curación y Esperanza"